Los aerosoles, vía principal de contagio de la COVID-19

La principal vía de transmisión del coronavirus SARS-CoV 2 son lo aerosoles. Conoce aquí cómo actúa en interiores y exteriores, las distancias y tamaños de partícula de estos aerosoles, y las recomendaciones y medidas de prevención para controlar su transmisión



Aerosoles, vía de contagio de la COVID-19

La vía aérea como fuente de contagio de la COVID-19 por los aerosoles presentes en el ambiente se ha descrito como la más importante para la transmisión de la enfermedad y, por tanto, la atención a los sistemas de ventilación de un lugar de trabajo como forma de protección colectiva es fundamental.

¿Qué son los aerosoles?

Los aerosoles son pequeñas partículas (sólidas o líquidas) de tamaño inferior a 100 micras que se quedan flotando en el aire por cierto tiempo, de minutos a horas, dependiendo de diferentes factores y que pueden ser inhaladas y, si contienen el coronavirus, producir el contagio. Las personas generan aerosoles de forma permanente, al respirar, hablar, toser, gritar o cantar.

Por tanto, hay que evitar espacios interiores, con mucha gente, sin mascarillas y hablando alto, gritando o cantando, durante mucho tiempo y sin ventilación adecuada. También considerando siempre las medidas como son mantener la distancia de 1,5 m (mejor 2 m), el uso de mascarillas bien ajustadas a la cara y un buen lavado de manos.

Desde el punto de vista preventivo, para minimizar la posibilidad de contagio se han de tener en cuenta algunos principios: reducir la concentración de aerosoles, reducir el tiempo de posible exposición a estos, además de evitar la emisión de contaminantes.

¿Qué papel juega la ventilación para evitar la COVID-19?

La eliminación de estas partículas suspendidas en el aire, que pueden contener virus y que pueden ser introducidas por las personas que respiran en ese aire, se va a realizar, fundamentalmente, por los sistemas de ventilación de los espacios interiores. En general, se considera que permanecer en el exterior implica en gran medida eliminar el riesgo de contagio por esta vía.

Las funciones de un sistema de ventilación serían:

  • Renovación de aire. Evacuar el aire viciado o contaminado por la actividad realizada dentro del recinto, ventilando con aire exterior. La renovación permite, además de eliminar contaminantes, controlar olores y otros parámetros de confort.
  • Filtrado de partículas. Tanto el aire exterior como el interior deben filtrarse para evitar la presencia de partículas. También es posible eliminar olores con filtros especiales.
  • Acondicionamiento del aire. Adecuación de las condiciones térmicas y de humedad a la necesidad de las personas o actividades que se desarrollan.

En general, el aporte de aire en una sala se realiza de dos maneras:

  • Mediante un sistema centralizado por conductos que introducen el aire. De forma muy simplificada, estos sistemas introducen aire acondicionado térmicamente para cumplir las funciones que se han descrito en los puntos anteriores.
  • Mediante el intercambio directo con el exterior, a través de puertas, pasillos, ventanas, aberturas (ventilación natural), con impulsión por ventiladores o por corrientes de aire. 

Valorar un riesgo elevado de contagio por medidas de concentración de CO2. Las personas exhalamos dióxido de carbono (CO2) y la concentración que puede haber de este gas es un parámetro fundamental para valorar si la renovación de aire y la ventilación del recinto es adecuada. El hecho de que se mida un valor bajo de CO2 de forma continuada (< 700 ppm) nos indicará que la ventilación es correcta. Una deficiente ventilación implica elevar el valor de la concentración de CO2. En ese sentido, es de utilidad medir con frecuencia la concentración de CO2, para asegurar que el sistema de ventilación está funcionando de forma óptima.